10 dic 2010

Protegiendo la vida... ¿de quién?

  • En una sociedad costarricense donde el Gobierno aún es influenciado por sectores conservadores, el proyecto de ley planteado sobre Fertilización in vitro no satisface los estándares científicos y de derechos reproductivos y humanos. 
Por: Grettel Rivera Alvarado. *

Hace quince años Costa Rica permitió la fertilización in vitro en medio de un clima gris de posiciones divergentes. Hace diez años la Sala Constitucional prohibió esta técnica por atentar contra la vida humana. Hoy, la discusión sobre este tema vuelve a ser centro de atención y polémica. La puerta para una nueva discusión se abrió y los criterios para abordar la viabilidad de la fecundación in vitro siguen siendo contrastantes en una sociedad costarricense aún muy empapada de juicios morales y religiosos y poco educada en derechos humanos.

En el año 2000, la Sala Constitucional emitió un fallo en el que prohibió la práctica de la fecundación in vitro (FIV) en el país argumentando que atentaba contra el derecho a  la vida, después de que un decreto ejecutivo aprobara esta técnica de reproducción humana asistida en 1995. 

Con esta decisión, Costa Rica pasó a ser el único país en el hemisferio americano en el que se prohíbió esta práctica y por ende, se cerraron las puertas para las parejas estériles que necesitaban de este método para tener hijos.

Este año, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió al gobierno costarricense reactivar una ley que permita y regule la fertilización in vitro, con el fin de evitar una juicio ante esta corte, debido a la demanda interpuesta por costarricenses que vieron violados sus derechos cuando el fallo de la Sala Constitucional les prohibió, en el año 2000, la opción de procrearse.

Días atrás, el Gobierno presentó al Poder Legislativo un nuevo proyecto de ley sobre la práctica de la FIV. La propuesta del Ejecutivo contempla que todos los óvulos fecundados con este método deberán implantarse en el cuerpo de la mujer, además prohíbe que se desechen u congelen embriones, y si la técnica no resulta en embarazo, la mujer deberá repetir todo el proceso.  

Para María Luisa Ávila, Ministra de Salud, la manipulación de embriones con fines genéticos o para extracción de células madre no debe permitirse. Sin embargo, considera que lo adecuado es permitir que se implanten dos embriones en el cuerpo de la mujer y que los demás se congelen para futuros embarazos; esto último, está prohibido en el proyecto de ley planteado.
Diagrama del proceso de FIV. Fuente: www.cincomujeres.net
Más información en: www.reproduccionasistida.org


Como todo procedimiento médico, la fertilización in vitro representa riesgos. Algunos de los problemas que pueden presentarse con este método son: embarazos múltiples, aborto natural y embarazo ectópico (el embrión se implanta fuera del útero).

Pero parece ser que las preocupaciones (más filosóficas que científicas) de las autoridades del Gobierno y los grupos religiosos sobre este tema giran alrededor del respeto del derecho a la vida que tienen los embriones de acuerdo con la Constitución Política.

Sin embargo, al ser la mujer quien estará sometida a este procedimiento, su seguridad y su salud deberían ser uno de los principales ejes para analizar y redactar un proyecto sobre fecundación in vitro, de acuerdo con sectores en pro de los derechos reproductivos de las mujeres.

Cuando se implanta un alto número de embriones, generalmente se dan embarazos múltiples, que resultan ser de alto riesgo tanto para los bebés como para la madre.

Por tal motivo, la regulación de la fertilización in vitro debe ser discutida desde una perspectiva bioética racional, laica, respetuosa de los derechos humanos, y de rigurosidad científica, de acuerdo con la especialista en bioética, Gabriela Arguedas.

La FIV debe ser una opción más para aquellas parejas que no pueden tener hijos por la vía natural, pues en el país existe la capacidad técnica y humana para realizarla.

“No hay razones científicas o médicas para prohibirla. Bajo la 'lógica' de la actual prohibición, se deberían prohibir también todos los procedimientos médicos que dañen o descarten cualquier tejido o célula humana” – asegura, el Dr. Felipe Mora, especialista en biología molecular y celular.

¿Violación al derecho a la vida? El tema de cuándo inicia la vida sigue siendo controversial. De acuerdo con la Ministra de Salud, desde el momento en que un óvulo es fecundado inicia una vida potencial. Sin embargo, la posibilidad de que se forme un ser humano es mayor cuando este óvulo fecundado se implanta en el endometrio.

En un artículo de opinión publicado en el periódico La Nación, el Dr. Alejandro Leal, especialista en genética humana y molecular, se manifiesta en total oposición a la FIV. Argumenta que con esta técnica existen claros riesgos a la salud de la madre y el feto, y que son muchos embriones los que se desechan, violando el derecho a la vida según nuestra Carta Magna, ya que la vida inicia en el momento mismo en que el espermatozoide fecunda al óvulo.

La FIV es fuertemente criticada por la Iglesia Católica costarricense. En un comunicado de prensa, la Conferencia Episcopal enfatiza en los riesgos de esta técnica y cómo acarrea una elevada pérdida de embriones. Señala además, que en un conflicto entre el interés de un niño y el de un adulto, prevalece el interés del niño.

Esta institución minimiza los informes de la CIDH: “son simples recomendaciones que pueden ser acogidas o no”, sin embargo, si Costa Rica no aprueba la fecundación in vitro y regula su práctica, correría el riesgo de ir a juicio ante la CIDH.


El Dr. Mora opina que contrario a violar el derecho a la vida, la FIV fomenta la vida al combatir la infertilidad.
 Los embriones no tienen aún el potencial completo para desarrollarse en un ser humano y sólo tienen el potencial génico, pero éste por sí solo es insuficiente:

“La respuesta científica general más aceptada es que, una vez que el embrión se ha implantado, el comienzo de una vida humana está ligado al desarrollo del sistema nervioso. Ése es el sistema que nos permite tener el tipo de pensamiento y conciencia que nos diferencia de otros mamíferos. Esto concuerda con el momento aceptado en que termina la vida: cuando hay muerte neurológica. Paradójicamente, muchos grupos religiosos aceptan el momento de la muerte neurológica como el ‘final’ de la vida, pero se contradicen al no aplicar siquiera un criterio al menos similar para el ‘inicio’ de la vida.”

El rol de la mujer. Los grupos que se oponen a la FIV valoran más la vida del embrión por encima de la vida de la madre. Para un procedimiento como la fertilización in vitro, debe exigirse la mayor calidad técnica que minimice los riesgos para la mujer, para ello, grupos en defensa de los derechos reproductivos consideran que un abordaje desde la perspectiva de género es fundamental porque se debe respetar la vida de las mujeres que se someterán a este procedimiento.

“Las mujeres deben tener libertad, estar libres de coacción para tomar decisiones si quieren someterse a esta técnica o no, y deben tener toda la información necesaria para tomar esta decisión.” – añade Arguedas.

A diferencia de lo que plantea el proyecto de ley sobre FIV presentado por el Gobierno, los embriones implantados en el útero materno deben ser pocos para minimizar posibles riesgos a la salud de la mujer, pero deben ser suficientes (2 ó 3 embriones) para elevar razonablemente la probabilidad de embarazo en pocos intentos y salvaguardar la salud de la mujer.

Lo embriones restantes deberían congelarse y guardarse. El diagnóstico, el uso de la técnica, y su puesta en práctica deben ser llevados a cabo y supervisados por expertos competentes y acreditados. El Dr. Mora agrega que “los requisitos no deben ser mayores que para cualquier otra madre y padre. Todos los requisitos y limitaciones extra propuestos por el Gobierno hace pocos días ante la CIDH son innecesarios e injustificados.”

El Gobierno escuchó las voces de diversos sectores (algunas más escuchadas que otras) a la hora de redactar el proyecto de ley de “Fecundación in Vitro y transferencia embrionaria”. La influencia de esas opiniones se ve reflejada en dicho proyecto que permitiría esta técnica de reproducción asistida, ya que de aprobarse, existiría una dura regulación.

La Ministra de Salud da su apoyo a la fecundación in vitro, siempre y cuando “el procedimiento se practique en Costa Rica bajo reglas claras de protección al embrión y con los más altos estándares éticos y científicos.”

Como se mencionó, dicho proyecto de ley permite la FIV mientras no se congele ni se deseche ninguno de los embriones. Todos los embriones logrados deberán ser trasferidos al útero de la mujer.

Lo anterior refleja que de aprobarse este proyecto de ley, se disminuirían al máximo los riesgos de la técnica para los embriones, sin embargo, probablemente traería más peligros para la mujer en el caso de que a ésta se le transfiera un alto número de embriones.

Para Arguedas este proyecto es inadecuado desde la rigurosidad científica. El Gobierno debió hacer un estudio de legislación comparada para determinar cómo es el tratamiento legal del tema en otros países debido a que las concepciones dogmáticas y teóricas son diferentes en el mundo.

FIV y las distintas aristas. En medio de posiciones encontradas y algunas poco fundamentadas bioética y científicamente, el Congreso Legislativo deberá escuchar a sectores como los activistas por los derechos humanos y reproductivos, y a la comunidad científica nacional, para tener criterios adecuados y tomar una resolución definitiva.

Parece ser que las autoridades, en un afán de evitar un juicio ante la CIDH, plantearon un proyecto poco viable desde el punto de vista de género y la protección de los derechos reproductivos de la mujer.

Precisamente, la CIDH deberá estudiar la viabilidad del este proyecto ley así tal cual, pues aunque existe la posibilidad de que la FIV se permita de nuevo y que las personas puedan optar por este método para tener hijos haciendo valer su derecho a formar una familia, el proyecto parece subordinar la salud de la madre para proteger a los embriones.

Si la CIDH mantiene su posición de vigilar el cumplimiento de los derechos humanos y reproductivos de las personas, eventualmente, recomendará al Gobierno efectuar los cambios necesarios en el texto base presentado al Congreso, para desarrollar la propuesta de una ley integral que regule bioética y científicamente esta práctica con los más altos estándares de calidad en pro de la salud y bienestar de todas las partes involucradas en el uso de esta técnica de reproducción asistida

*Reportaje realizado para el curso de Periodismo Interpretativo de la Carrera de Comunicación Colectiva de la UCR.

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